Desde la ventana de un autobús....

Sé qué parece (y de hecho lo es) una foto muy tópica. A la gente le encanta hacer fotos a las florecitas del campo y a las puestas de sol, pero para mí tiene otro significado. Los viajes en autobús cuando son largos y más si tienes que hacerlos con frecuencia, pueden resultar agotadores. Sin embargo, después de tantos meses a mí sólo me transmiten buenos recuerdos: recuerdos de impaciencia, de felicidad, de calor y vaho en el cristal en las noches de invierno, de carreteras tortuosas y oscuras (y el alivio de estar a salvo dentro del vehículo) y ahora en verano....de ver como se marcha el día mientras yo misma me alejo (seguramente bastante triste). Pero fotos como esta me recuerdan, que aunque toda la luz se marche, aunque se quede atrás, sólo habrá que esperar una noche para que vuelva a salir. Y sólo habrá que esperar unos días más para volver a apoyar mi cabeza contra ese cristal ya tan familiar.